Las yeguadas españolas están consideradas como una de las familias más impresionantes del reino animal, debido a su belleza admirable que les destaca del resto. Las yeguadas españolas son caballos de pura raza española, por lo que es digno de estar orgulloso como español.
Su origen
El origen de las yeguadas españolas está un poco indeterminado, ya que habría que estudiar muchísimos años atrás. Tenemos claro que desde la época prerrománica ya se destacaban los caballos de pura raza española entre otros caballos del continente, y conocemos este factor ya que desde aquel entonces existían referencias ecuestres de la península ibérica, y por lo tanto de las yeguadas españolas. Son muchos los autores romanos que conocemos que hablaron de la raza de caballo de Hispania (así era denominada la península en la antigüedad) como, por ejemplo, Séneca, Plinio el Viejo o Plutarco, hacían referencia a la belleza de estos animales, así como a su facilidad de domesticación y a su valentía, ideal para las guerras de esa época, además también se han encontrado referencias de que las yeguadas españolas fueron usadas para el desarrollo de los circos de la época, usados como entretenimiento para los habitantes y convertidos en una gran costumbre de la cultura clásica.
Pero el apogeo de la raza pura de los caballos españoles llegó con la decisión del Rey Felipe II de ordenar crear la cabaña caballar del reino español. Lo hizo mediante la creación de las Caballerizas Reales, situadas en Córdoba, allí se agruparon todos los sementales y yeguas de las provincias de alrededor, que debido a su cercanía con el río Guadalquivir, eran las zonas más adecuadas para la cría de los caballos españoles. También cabe destacar que la belleza de estos caballos de pura raza española tiene una descendencia de otros tres orígenes raciales, y el resultado fue un animal con la distinción de los caballos del oriental berberisco, la armonía de los caballos españoles y la rusticidad y braveza de los caballos árabes.