El hierro es uno de los materiales más versátiles que existen. Lo que significa que es un material clave para el reciclaje. Porque es muy abundante en nuestro planeta y se encuentra formando parte de muchos minerales como la magnetita, la hematita, la limonita, la siderita, la ilmenita o la pirita. A partir de ahí, podemos valorar la importancia que tiene el sector de reciclaje de metales a la hora de gestionar chatarra de hierro. Un metal que se utiliza en prácticamente todas las industrias del mundo y en la construcción de edificios (entre otras muchas más aplicaciones).
Un coste de producción caro
El coste de la producción de hierro es elevado y la razón es que los hornos necesarios para fundir este metal y su extracción de su estado natural generan temperaturas muy altas que requieren mucha energía, lo que hace que el reciclaje del hierro sea un proceso más necesario que una opción en la industria siderúrgica.
Por este motivo, el reciclaje de chatarra hierro es una forma de alcanzar un suministro eficiente del mismo, reduciendo la cantidad de energía necesaria para sacarlo de su estado natural. Este proceso también permite recuperar la vieja chatarra utilizada en equipos antiguos y darle una segunda vida. A partir de aquí, el hecho de gestionar los residuos de este metal (presentes en vigas de edificios demolidos, piezas, recortes, maquinaria…etc), traería consigo una solución económica a la par que medioambiental. Dado que el gasto energético y las emisiones de gases a la atmósfera serían ostensiblemente menores y, a su vez, equilibraría el precio del metal puro a la par que pudiera satisfacer la demanda de los tejidos industriales.
Es por ello que la chatarra de hierro y su gestión tendrán un papel fundamental a la hora de dar más usos al hierro existente en el planeta. Es la hora de apostar por la economía circular y por la optimización adecuada de nuestros recursos.