Los contenedores de residuos urbanos son elementos fundamentales dentro de las ciudades, y es que gracias a estos las personas pueden organizar la basura y reciclar. Es interesante que haya diferentes tipos de contenedores y que las personas sepan diferenciarlos, logrando un entorno mucho más sostenible.
Por un lado, tenemos los contenedores amarillos que están destinados a los envases de plástico como las botellas de agua, los productos de limpieza, geles de baño, bricks de zumo o envases metálicos como las latas de conserva, tapones metálicos… en el contenedor azul se depositan objetos de papel y cartón, como cajas de cereales, de galletas, productos congelados, y todo tipo de papel.
El contenedor verde representa al vidrio, y aquí se pueden tirar botellas de vidrio, frascos de cosmética de colonia… en general cualquier tarro que sea de cristal. El contenedor orgánico está destinado a los residuos orgánicos, como la comida, las pieles de las frutas, restos de infusiones, o incluso papel o cartón que se ha manchado de grasa.
En algunos sitios podemos encontrar el contenedor gris, que sirve en general para residuos de otro tipo al mencionado anteriormente, aquellos que no son envases o que no tengan un sistema de recogida en concreto. Por ejemplo, sartenes, vajilla, cubiertos, juguetes rotos…
Además, en algunos sitios como centros comerciales, podemos encontrar unos contenedores más especiales como el contenedor de ropa o el contenedor de las pilas.
Al igual que en las farmacias encontramos el contenedor de medicamentos para aquellos medicamentos que están ya caducados y que no utilizamos. Hay una gran variedad de contenedores para poder reciclar y dar el mejor uso, por ello, los contenedores de residuos urbanos son fundamentales dentro de las ciudades y son de gran ayuda para poder tener una organización a la hora de reciclar.